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Autoprosopagnosia

  • Foto del escritor: EL SEGUNDO RENGLÓN
    EL SEGUNDO RENGLÓN
  • 24 nov 2018
  • 2 Min. de lectura

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Miguel era un estratega en cuanto a relaciones sociales se trataba. Sabía con quién hablar y a quién dirigirse para conseguir los objetivos y beneficios que se marcaba a menudo en su vida social. Supo sacarle provecho a su capacidad de observación, para anticipar comportamientos en los otros e incluso desarrolló su capacidad de manipulación hasta tal punto, que ni él mismo era consciente del moldeamiento que ejercía en las conductas de los demás.


Se imaginaba así mismo como una persona exitosa, que había logrado cumplir los sueños enmarcados en los anhelos y expectativas del otro. Pero Miguel, lejos de sentirse como "el hombre del año", sentía la falta y la ausencia de "algo" en su vida.


Su capacidad de leer rostros, de identificar y descifrar caras, lo había catapultado a las puertas del éxito social. Había cosechado fama, relaciones y prestigio.


Y entonces, ¿por qué sentía una falta terrible? ¿qué acaso no había logrado culminar con exito la escalinata social?

Resulta irónico que una persona con más de un millón de amigos, más de 20 millones de suscriptores y seguidores, una incalculable fortuna y la familia modelo, sintiera la enorme y fría ausencia de la carencia.


Miguel, como él mismo solía contar, despertaba cada mañana sin mirar a la persona que cada noche besaba; se dirigía al baño y buscaba con desespero y angustia, la ventana al vacío, la lupa a la nada y el lente desenfocado.


Miraba con recelo, anticipando lo temido. había oído hablar tantas veces de aquel desorden neurológico, que el pavor de ser un actor principal en aquel escenario psiquiátrico, le carcomía hasta la más ínfima esperanza.


Se preguntaba así mismo tantas veces que cómo era posible, una persona como él, tan capacitada para leer al otro, ser un analfabeto de la autolectura. Cómo podía ser si quiera pausible, que Miguel, el Gran Miguel, habitara la piel de un completo desconocido...


Descifrar rostros ajenos es una cosa muy diferente al observarse de cerca y mirarse ante el espejo propio. Las capacidades que tan desenvueltas se hallan en una situación interpersonal, dislumbran a duras penas, pequeñas pistas y dejan ciego a nivel personal.




 
 
 

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© 2018 por Johnathan Soto Amaya. El segundo renglón. Psicología.

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JOHNATHAN SOTO AMAYA

Psicólogo colegiado

CV14884

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