top of page

Manten la calma y lava el miedo

  • 27 mar 2020
  • 3 Min. de lectura


ree

Una reacción ante un peligro inminente es aquello que definimos como miedo. Pero, ¿qué conlleva exactamente el miedo?


Veamos primero que el miedo puede estar condicionado por diferentes tipos de aprendizajes, así como el objeto, situación o imaginario:


  1. Podemos encontrar miedos condicionados por la cultura en la que estamos inmersos.

  2. Por el aprendizaje a través de la experiencia directa (condicionamiento clásico).

  3. O por la observación de otra(s) persona(s) significativa(s) que experimenta(n) una situación de riesgo (aquello que denominamos aprendizaje vicario).


Segundo, el miedo tiene una finalidad:


Nos prepara hacia una reacción de respuesta ante un peligro visionado como inminente, que amenaza nuestra integridad. Dicho contraataque suele ser caracterizado por generar una respuesta de escape o de evitación.


Tercero, podemos observar una serie de efectos producidos por el miedo:


  1. Efectos físicos como la inmovilización ante un exceso de tono muscular, aumento de la presión cardiaca, sudoración, dilatación de las pupilas, descenso de la temperatura corporal, entre otros.

  2. Efectos subjetivos como la sensación de vulnerabilidad, impotencia ante la pérdida de control y una preocupación constante.


Y por último, el miedo tiene una serie de consecuencias:


  • Bien sea que nos prepara en la producción de una respuesta efectiva de escape ante un potencial peligro.

  • O por el contrario, que constituya una barrera o bloqueo psicoemocional que nos impida la superación de dicho escenario y tenga repercusiones en las diferentes áreas de nuestra vida; derivando a diversos trastornos psicológicos (trastornos de ansiedad, fobias, síndrome de estrés postraumático, etc.).


Ahora bien, situándonos ante el escenario actual que nos ocupa a razón del Covid-19, nos encontramos los siguientes escenarios donde el miedo es protagonista o actor secundario:


ree

  1. Pánico y desconcierto generalizado,

  2. Pérdida de control de nuestras acciones,

  3. Delegación de responsabilidad que atañe a nuestra propia integridad física y emocional,

  4. Confinamiento obligatorio,

  5. Temor al contagio y a contagiar,

  6. Duelos fuera de la normalidad (impedimiento de llevar a cabo los rituales de despedida y entierro)

  7. Muerte.


Como podemos observar, en cada una de las situaciones descritas, uno de los ingredientes fundamentales es el miedo. Y una vez que entendemos qué es y por qué surge, podemos poner en practica diferentes estrategias de afrontamiento:


Para evitar o disminuir el desconcierto, evita la sobreinformación e intenta mantenerte actualizado a través de medios veraces y oficiales. Un ejemplo:



Adquirir un mayor control de nuestras vidas desde el confiamiento, empieza por:


  • No dejar de lado nuestra rutina habitual, mediante horarios normalizados,

  • Mantener nuestras relaciones sociales a través de llamadas telefónicas o videollamadas,

  • Pautas alimentarias estables,

  • Ejercicio físico y mental.


Hacernos cargo de nuestro estado emocional, es decir:


  • Buscar espacios para convivir con nuestras emociones, escucharlas y normalizarlas para consecuentemente, gestionarlas.

  • En caso de considerarse necesario, solicita ayuda a los seres cercanos o busca apoyo profesional.


Sé consciente que seguir las indicaciones establecidas por las diferentes autoridades, significa:


  • Actuar en paralelo por el bienestar propio y el del prójimo.

  • Sin dejar de visualizar que no estamos inmersos ante una situación permanente, vivimos en un escenario cambiante y temporal.


En cuanto al duelo diferido, llamado así al no ser posible llevar a cabo los rituales de despedida habituales (dadas las circunstancias de la pandemia actual) ten presente que:


  • La persona nunca estuvo sola y que estuvo acompañada por el personal sanitario que le brindó un servicio integral y afectuoso.

  • Mantén presente que el confinamiento es una medida por el bienestar de todos. Una medida de amor y protección hacia nuestros iguales.

  • Da el espacio y tiempo a tus emociones y pensamientos.

  • Comparte tu dolor a través de los medios sociales que disponemos en la situación actual.

  • El ritual de despedida puede tener lugar a posteriori, cuando acabe el confinamiento.

  • Busca apoyo psicológico en caso de estimarlo necesario.


En conclusión, recuerda:


  • No estamos solos, actuamos como un todo para proteger nuestras individualidades.

  • Sabemos lo que podemos hacer y lo que podemos evitar.

  • Vive la vida con la mayor normalidad posible.

  • El miedo es nuestra herramienta de reacción ante una situación que nos desconcierta.

  • El saber ocupa un lugar importante ya que, cuanta mayor consciencia adquiramos de nuestras necesidades psicoafectivas, mayor será la procura de nuestro bienestar.

  • Pedir ayuda es una necesidad más, como el mismo respirar.


¡Así que mantén la calma, y por favor, no olvides lavarte el miedo que constituye un obstáculo!

Johnathan Soto Amaya

Psicólogo Neuroeducador

ree




 
 
 

Comments


Contacto

© 2018 por Johnathan Soto Amaya. El segundo renglón. Psicología.

  • Black Facebook Icon
  • Black Twitter Icon
  • Black Instagram Icon
  • Black YouTube Icon
  • Black Google+ Icon

JOHNATHAN SOTO AMAYA

Psicólogo colegiado

CV14884

​​

Tel: 0034633155707​

Correo electrónico: elsegundorenglon@gmail.com

¡Gracias por tu interés!

bottom of page