¿ESTRÉS O CRISIS?
- EL SEGUNDO RENGLÓN
- 25 oct 2018
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 28 oct 2018
https://www.youtube.com/watch?v=x7OG9A8Lq0M
El ser humano afronta cotidianamente situaciones "agresivas" del entorno como un acto normal e inevitable. Dicho afrontamiento deja como producto, un mecanismo de respuesta que Hans Seyle llamaría en 1936 "El síndrome de adaptación general".
Dicha respuesta de alarma y defensa permite al individio movilizar reacciones y adaptaciones ante las amenazas del mundo, sean las que sean.
La adaptación se produce en tres fases:

La reacción de alarma
La resistencia
El agotamiento o relajación
Durante la fase de alarma, el organismo se prepara bien sea para establecer una respuesta de "combate", o bien sea una respuesta de "escape". Y en la segunda fase, el ser humano focaliza sus recursos en la reacción ante la situación.
"Normalmente estas dos primeras fases son beneficiosas para el individuo"
Pero si la fase de resistencia se prolonga más allá de lo que la persona pueda solventar; si esta se produce con una frecuencia que sobrepasa las capacidades de afrontamiento de la persona; o el sistema nervioso no logra poner fin a esta fase de resistencia (por ejemplo ante un caso de mucha ansiedad), el organismo concluye en una tercera fase: EL AGOTAMIENTO.
¿En qué momento se produce una conversión del estrés, que tan rutinariamente es actor secundario en nuestros escenarios de vida, a un evento de crisis?
Cuando los mecanismos adaptativos de la persona resultan ineficaces o inadecuados.
Cuando nuestras respuestas cognitivas, emocionales y comportamentales no desarrollan su papel de contención psicobiológica.
Cuando la amenaza se constituya como una entidad desestructurante y globalizada en la vida de la persona, afectando a sus áreas del desarrollo.
Cuando la gravedad de los síntomas y riesgos constituyan un peligro o una situación de emergencia para la integridad de la persona (cólera, agresividad, depresión, riesgo de suicidio...).
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